martes, 1 de diciembre de 2009

DIA INTERNACIONAL DE LA LUCHA CONTRA EL SIDA

Juventudes Socialistas de Andalucía en Córdoba (JSA-Córdoba) ha reivindicado la Ley de Salud Sexual y Reproductiva e Interrupción Voluntaria del Embarazo como el mejor medio para prevenir el SIDA y conseguir reducir de manera drástica el contagio de ésta y otras enfermedades de transmisión sexual.

Para la Vicesecretaria General de Juventudes Socialistas de Andalucía en Córdoba (JSA-Córdoba), Ana María Carrillo, algunos sectores han centrado el debate sobre sólo uno de los aspectos de la ley, obviando que la ley prevé la elaboración de una Estrategia de Salud Sexual y Reproductiva que va a ser fundamental, no sólo para reducir los embarazos no deseados, sino también para prevenir la transmisión de enfermedades de transmisión sexual, y entre ellas el SIDA.

“Según los datos presentados por el Ministerio de Sanidad, durante los últimos años, el 80% de los nuevos contagios de SIDA se han producido por vía sexual, y un número considerable de esos nuevos portadores del virus o enfermos son jóvenes que creían que a ellos no les podía pasar”, ha explicado Carrillo.

De hecho, la Vicesecretaria General de JSA-Córdoba ha destacado que según los cálculos del Ministerio que dirige Trinidad Jiménez, en nuestro país hay entre 120.000 y 150.000 personas infectadas por VIH, y de ellos, entre el 25 y el 30% aún no sabe que están infectados.

“Contagios que se podrían haber evitado en muchos casos con una buena formación e información”, ha afirmado Carrillo, quien se ha mostrado convencido de que “la mejor forma de luchar contra ese exceso de confianza, contra la falta de información, y contra los intentos de algunos grupos de desacreditar el preservativo como método de prevención del SIDA es precisamente a través de una educación sexual que forme e informe de manera eficaz, que rompa mitos y prejuicios, y que permita a todos los ciudadanos, y de manera especial a los jóvenes, tomar decisiones responsables sobre su vida sexual”.

“Tal y como prevé la ley, que es, sobre todo, una norma que se centra en el fomento de una vida sexual sana, que pone por encima de cualquier otra consideración el bienestar de los ciudadanos. Porque sólo desde una política de prevención no marcada por la estrechez de miras, sin prejuicios morales, y basada en la confianza en las nuevas generaciones, en la libertad responsable que nos otorga una adecuada formación, y en facilitar el acceso a los métodos anticonceptivos podremos ver resultados objetivos tanto en la prevención del contagio del SIDA y otras enfermedades de transmisión sexual, como en la reducción del número de embarazos no deseados y en el de interrupciones voluntarias del embarazo”, ha afirmado.

Y para que esa Estrategia de Salud Sexual y Reproductiva sea efectiva, “necesitaremos la implicación y el compromiso de los Poderes Públicos en la tarea de informar y concienciar a los ciudadanos, de eliminar tabúes, falsos mitos y excesos de confianza; y de normalizar el uso del preservativo. Porque no estamos hablando de moral, sino de salud”.